Radio imaginaria #2. 18 minutos.
Me pregunto cómo saber si este pensamiento con el que me distraigo hace dieciocho minutos, exactamente, corresponde al sector ordenado o desordenado de mi cerebro. Mi primera hipótesis es que si ya hubiera sido clasificado, debería acudir a mí junto con otros tantos de su clase, en una secuencia armónica y relativamente lógica, mientras que si no fuera así, sería yo quien tendría que buscarlo entre vaya uno a saber qué confusión de ideas y recuperarlo, en cuyo caso, evidentemente, le daría un lugar, un orden, una jerarquía que antes no tenía, y en consecuencia, lo haría perder su condición de desordenado.
- Maestro, hace como dieciocho minutos que le estoy preguntando si le gustaría tomar un café...
- Eeee...sí, Antonio, discúlpeme...me fui por las ramas.
- ¿Cabeza arriba o cabeza abajo?
- ¿Cómo dice?
- Decía que no creo que vaya muy lejos.
- Pero recién llego, Antonio. ¿Qué le hace pensar que ya me voy, y más encima que si me voy me iría lejos?
- Usted dijo que se fue por las ramas...uno ve donde comienzan pero nunca donde terminan.
- ¿Quiénes?
- Las ramas.
- Es cierto, desde acá abajo. pero cuando uno intenta irse por ellas encuentra que no puede llegar lejos.
- Triste, ¿no?
- Más que evidente. pero aquí estoy de regreso, si es lo que le importaba, y usted mismo lo puede comprobar, a menos que esté hablando con las paredes.
- En ese caso, puedo asegurarle que, efectivamente, estamos sosteniendo un diálogo ligero y relajado, aunque debo decirle que no me parece una experiencia despreciable.
- ¿Se refiere a ir o volver?
- Me refiero a dialogar con las paredes.
- Maestro, hace como dieciocho minutos que le estoy preguntando si le gustaría tomar un café...
- Eeee...sí, Antonio, discúlpeme...me fui por las ramas.
- ¿Cabeza arriba o cabeza abajo?
- ¿Cómo dice?
- Decía que no creo que vaya muy lejos.
- Pero recién llego, Antonio. ¿Qué le hace pensar que ya me voy, y más encima que si me voy me iría lejos?
- Usted dijo que se fue por las ramas...uno ve donde comienzan pero nunca donde terminan.
- ¿Quiénes?
- Las ramas.
- Es cierto, desde acá abajo. pero cuando uno intenta irse por ellas encuentra que no puede llegar lejos.
- Triste, ¿no?
- Más que evidente. pero aquí estoy de regreso, si es lo que le importaba, y usted mismo lo puede comprobar, a menos que esté hablando con las paredes.
- En ese caso, puedo asegurarle que, efectivamente, estamos sosteniendo un diálogo ligero y relajado, aunque debo decirle que no me parece una experiencia despreciable.
- ¿Se refiere a ir o volver?
- Me refiero a dialogar con las paredes.
Etiquetas: Radio Imaginaria
4 Comments:
Me pregunto si usted seguirá con esta iniciativa.
- Buenos días pared, cómo se siente Usted hoy?
- Un poco fría, no lo sé, creo que estoy pálida tambien, y esta humedad, de veras me mata, mis arrugas... que quiere que le diga, ya me han salido manchas...
- Pero pared, que puedo hacer para ayudarla? quiere que la pinte un poco?
- Maquillarme yo? a Usted le parece?
- Quiere que le ponga cerecita?
- Pero no es época señor, no es época.
- Bueno pared, usted es dificil tambien, nada le viene bien.
- Si, tal vez pueda hacer algo por mí.
- Dígame.
- Cuelgueme un cuadro, Don.
- Le parece? No le va a doler el clavo?
- Si, un poco, pero así me tapa algunas cicatrices, le parece?
- Como diga... ah, y perdón por los estantes, yo se que...
- Deje, deje, no se haga problema.
Usted tuvo suerte, por lo que veo. No es fácil, pese a lo que se dice (que las paredes escuchan), encontrar una bien dispuesta. En mi caso, debo confesar que la tapia era bien sorda.
¿las paredes escuchan?
¡Uuuups!
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