jueves, octubre 05, 2006

Membretes

No le mostremos a nadie un amor incondicional. Quien se vea objeto de esa idolatría podrá creer que, en el fondo, todo nos da lo mismo y que no sabemos distinguir entre lo que le conviene y lo que no le conviene.
Pongamos límite a nuestra adoración con un cartel que diga: "Alto. Si cruzas esta frontera ingresarás en mi desprecio". De lo contrario sospechará que nuestro amor ha sido el alcahuete de cualquier desgracia que después le ocurra y pondrá fin a su amor por nosotros.

Aduanas del amor. Marco Denevi

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Esto no es todo, amigos