Radio Imaginaria #15. Bigote
- Buenos días, Maestro.
- Buenos días, Secretaria. Llega un poco tarde...la esperaba hace unos días.
- Le debo una disculpa...es que no terminaba nunca de maquillarme, ¿y el Señor Antonio?
- Ni idea. Hace varios días que no tengo noticias de él.
- ¿Todavía en el Otro País?
- Supongo que sí, pero no podría asegurarlo.
- ...
- ...
- ¿Y a qué se debe esa mirada tan soñadora, Maestro?
- Lamento desilusionarla, Señorita Secretaria, pero no es más que un poco de sueño.
- ¡Qué pena! Me imaginé que era uno de esos hombres que tienen la capacidad de soñar despiertos.
- Imagina bien, sólo que ayer dormí como hacía tiempo no dormía, y me duran los efectos...
- "Más se duerme, más se quiere dormir", decía mi abuela.
- ...los desagradables efectos de un insomnio insospechado. Hacía tiempo no dormía tan mal.
- ¿Algún problema insoluble, tal vez?
- Bueno...no lo parecía hasta que, sobresaltado, corrí al baño y me miré al espejo.
- Coincido en que mirarse al espejo es un problema insoluble.
- No me refiero a eso... Mire, le voy a contar un secreto.
- Muy bien, aguarde un segundo que tomo nota.
- El caso es que no me ví a mí sino a Antonio, ¿entiende?
- Entiendo. Nunca se lo dije, pero siempre los encontré muy parecidos. Salvo por su bigote, claro.
- Le cuento otro secreto, Señorita.
- Estoy anotando.
- Nunca tuve bigote.
- Buenos días, Secretaria. Llega un poco tarde...la esperaba hace unos días.
- Le debo una disculpa...es que no terminaba nunca de maquillarme, ¿y el Señor Antonio?
- Ni idea. Hace varios días que no tengo noticias de él.
- ¿Todavía en el Otro País?
- Supongo que sí, pero no podría asegurarlo.
- ...
- ...
- ¿Y a qué se debe esa mirada tan soñadora, Maestro?
- Lamento desilusionarla, Señorita Secretaria, pero no es más que un poco de sueño.
- ¡Qué pena! Me imaginé que era uno de esos hombres que tienen la capacidad de soñar despiertos.
- Imagina bien, sólo que ayer dormí como hacía tiempo no dormía, y me duran los efectos...
- "Más se duerme, más se quiere dormir", decía mi abuela.
- ...los desagradables efectos de un insomnio insospechado. Hacía tiempo no dormía tan mal.
- ¿Algún problema insoluble, tal vez?
- Bueno...no lo parecía hasta que, sobresaltado, corrí al baño y me miré al espejo.
- Coincido en que mirarse al espejo es un problema insoluble.
- No me refiero a eso... Mire, le voy a contar un secreto.
- Muy bien, aguarde un segundo que tomo nota.
- El caso es que no me ví a mí sino a Antonio, ¿entiende?
- Entiendo. Nunca se lo dije, pero siempre los encontré muy parecidos. Salvo por su bigote, claro.
- Le cuento otro secreto, Señorita.
- Estoy anotando.
- Nunca tuve bigote.
Etiquetas: Radio Imaginaria
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