viernes, noviembre 18, 2005

Road Movie levemente después de 0. María


Pasó varios días en su taller acariciando el aserrín y la greda hasta que consiguió darle forma a su sueño.

María, la muñeca que quería bailar, parecía dormir esperando algo más que lágrimas de cristal o rayitos de sol dentro de una caja.

- Ahora, sólo falta darle un rostro -dijo, con una tristeza mínima que no quiso confesar-.

Quise decirle que conocía perfectamente cuál era el brillo que tendrían esos ojos a la hora de consagrarse a la danza que ansiaba, pero me interrumpió antes de poder hacerlo.

- ¿Te parece que conseguiré hacerla despertar alguna vez?

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2 Comments:

Blogger Fernanda said...

María Alas comienza a develar su rostro.

La arcilla, el barro, el aserrín, dando las formas que la convertirán en lo que será sin más remedio.

¿Le gustará como es?

Desde ahora, no culpo a nadie por mis defectos (si creyera en Dios, ya no lo culparía más de mi destino)

12:56 p.m.  
Blogger El Maestro said...

Si se fija con más detalle, verá que esos tachitos aparecen en todos los comentarios...

Que sea El Maestro no quiere decir que lo explique todo...

12:47 a.m.  

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