viernes, febrero 15, 2008

Membretes

Erase una vez una tarjeta postal sin dirección.
Sólo estaba escrito: " Recuerdos y besos".
Y debajo la firma: "Pinuccia".

Nadie podía decir si esta Pinuccia era señora o señorita, una vieja gruñona o una muchacha con jeans.
O a lo mejor una espía.

A mucha gente le hubiera gustado quedarse con alguno de aquellos "recuerdos" y de aquellos "besos", al menos con el más pequeñito.

Pero, ¿cómo estar seguro?

Gianni Rodari. De "Cuentos escritos a máquina" (1972)

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