sábado, noviembre 22, 2008

Tigres y mariposas

A primera vista suele verse en los tigres la ferocidad, la sed por una presa que luego se juzgará indefensa, un escenario que se imagina lleno de sangre, una boca jadeante llena de dientes filosos.

(Metáforas mediante, no sé cual es la diferencia entre mí y esa bestia con un corazón de mariposa a la hora de enamorarse)

La estirpe, las garras, el uniforme a rayas le juegan en contra a la hora de buscar una coartada.

Pero es necesario decirlo, a los tigres no les importaría vivir sólo un día de amor y luego dejarse morir.

El destino, sin embargo, les ha reservado una vida larga y tediosa.

Sólo para algunos pocos elegidos hay un sueño de mariposa.

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