Parecido Diferente
Francisco y yo somos muy diferentes.
Yo soy rubio como mi mamá y el más bajo de la clase.
Francisco es altísimo y morocho. “Igualito a su padre”, dice la tía Queca.
Las milanesas con papas fritas son mi debilidad. (Francisco no sabe lo que se pierde...siempre comiendo verduras y pescado)
Mientras él juega carreras con los chicos de la cuadra, yo me encierro en mi cuarto a leer un libro y deseo que pierda una y otra vez para que, al menos, me deje terminar un capítulo.
La noche tampoco es fácil: llega transpirado, exhausto, y luego de dejar toda su ropa tirada sobre mi cama, se ducha, se acuesta y pretende que apague la tele justo cuando empieza la película que más me gusta.
Sin embargo, Francisco y yo tenemos muchas cosas en común.
Vivimos en la misma casa.
Dormimos en la misma cama.
Tenemos los mismos padres.
Los dos nos llamamos Francisco.
Afortunadamente, somos la misma persona.
Yo soy rubio como mi mamá y el más bajo de la clase.
Francisco es altísimo y morocho. “Igualito a su padre”, dice la tía Queca.
Las milanesas con papas fritas son mi debilidad. (Francisco no sabe lo que se pierde...siempre comiendo verduras y pescado)
Mientras él juega carreras con los chicos de la cuadra, yo me encierro en mi cuarto a leer un libro y deseo que pierda una y otra vez para que, al menos, me deje terminar un capítulo.
La noche tampoco es fácil: llega transpirado, exhausto, y luego de dejar toda su ropa tirada sobre mi cama, se ducha, se acuesta y pretende que apague la tele justo cuando empieza la película que más me gusta.
Sin embargo, Francisco y yo tenemos muchas cosas en común.
Vivimos en la misma casa.
Dormimos en la misma cama.
Tenemos los mismos padres.
Los dos nos llamamos Francisco.
Afortunadamente, somos la misma persona.
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