miércoles, junio 21, 2006

Radio imaginaria #43 Otro paraguas


- Fíjese, además, que si lo sostenemos con mano firme, incomoda. Si lo portamos desaprensivamente, se vuela con la primera ráfaga. Si lo soltamos, posiblemente se extravíe.
- ¿El paraguas?
- ¿De qué le estoy hablando, Antonio?
- De varias cosas al mismo tiempo, creo, y ya estoy confundido.
- ¿Está seguro?
- No.
- Mejor así. ¿Seguimos?
- Claro. Ahora que lo menciona, cada vez que dejo el mío en casa, llueve.
- Me imagino que habla de su paraguas...
- Muy jocoso lo suyo...
- No me conduzca a un terreno que no quiero pisar, Antonio.
- Disculpe, no quería...
- Quiera, Antonio. Siempre que pueda.
- ¿Y si no puedo?
- Nadie puede no querer... pero si es lo que cree que le pasa, pise igual la baldosa o la tierra que está justo debajo de su pie.
- ¿Y si me arrepiento, vuelvo para atrás?
- Vuelva para adelante, Antonio. Atrás no va a encontrar nada.
- Pero yo dejé mucho...
- ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Usted lo ve?
- No, pero en algún lado debe estar.
- ¿Dónde?
- ...
- ...
- ¿Usted piensa que no?
- ...
- ¿Me da un minuto sin preguntarme nada?
- Por supuesto.
- ...
- ...
- Bué, ya.
- ¿Está bien?
- No, pero sigamos, Maestro.
- Decía que estoy seguro que cada vez que lo lleva con Usted, deja de llover, ¿no es así?
- Pues sí, ¿Cómo lo sabe?
- El paraguas, vaya uno a saber por qué oculto designio, potencia nuestras dudas.
- Es verdad. A menudo siento una angustia casi existencial cada vez que desamparado bajo el aguacero, pulso el mecanismo para abrir mi paraguas y me pregunto si esta vez funcionará...
- Lo comprendo, Antonio. Mi angustia, en cambio, se exterioriza en aquellas ocasiones en que, desamparado bajo el aguacero, tengo que subir al colectivo que espera y trato infructuosamente de cerrarlo.
- Totalmente. Y si me permite, creo que también potencia nuestra torpeza...o por lo menos la mía. Más de una vez, en día de tormenta, estuve a punto de hacer una brochette con los ojos de los peatones...
- No habrá sido el primero ni será el último al que le sucede, Antonio.
- No, claro. Pero Usted quería contarme otra cosa...¿no es verdad?
- Quería, pero ya no sé si quiero.
- Quiera, Maestro...mientras se pueda.
- ¿Eso no lo dije yo?
- Qué más da.



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