sábado, junio 10, 2006

Conversaciones con mi Editor. Catorce

Otro mes se iba y todavía seguía sentado allí, en la mesa del fondo, bebiendo noche tras noche -ya no sé qué aunque no puedo olvidar porqué-, con la mirada perdida en la pared vacía de las referencias indispensables para recomponer el itinerario de los recuerdos que me esforzaba por retener a mi lado.

No crean que me engaño, siempre supe que mi tarea era infructuosa. Cualquiera puede darse cuenta que los recuerdos no son mariposas y que se disipan rápidamente por más que uno intente clavarlos con alfileres frente a sus narices.

A pesar de ello y contra toda lógica, confiaba en algo. Vaya uno a saber porqué maldito designio ese algo no terminaba de hacerse palabras.

Etiquetas: