martes, mayo 11, 2010

Abecediario dos

K. no tiene nada que perder.
Da envidia saber que todo lo que haga será ganancia.

L está muy comprometido con los negocios de los negocios y aunque cualquiera que lo vea de afuera podría asegurar que en verdad no le falta nada, él insiste en enumerar las cosas que le faltan.
(Por supuesto que no dice: Sentido común, amor, cerebro, pensamientos desde ese cerebro recién instalado. Sólo dice: auto más moderno, casa más linda de la que yo, country donde sea, viajes, chicas)

M. no se anima.
N. espera que M. se anime para dar el sí.
Chicos...M. y N. no pierdan el tiempo. Basta mirarse a los ojos para saber si vale la pena animarse o no. Y... casi siempre vale la pena.

Ñ no sabe qué hacer de su vida y disfruta de ese estado.
O padece sobremanera el limbo de no saber qué hacer al punto de querer pegarse un tiro.
P. es amigo de O. y le dice que para matarse hay que tener una buena razón.
O. le contesta que cuál sería una buena razón.
P. sabe. Pero se da cuenta que la respuesta es "Vos sabés" y no dice nada.
A pesar de no querer entender, O. entiende. No se mata y por fin comienza a estudiar diseño, que era su sueño de toda la vida.

Q vende flores en el mercado. Cuando hablamos, me confiesa que hace años que nadie le regala un ramo de rosas amarillas, sus preferidas.

R come sólo carne.
S. come sólo pescado.

R. y S. son hermanos y se aman más allá de los designios de sus estómagos.
Lo que es más curioso, aprendieron a compartir sus almuerzos.

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