lunes, julio 03, 2006

Road Movie Escena Siete

Recuerdos de esa noche

Pensamos en dos cervezas bajo las estrellas. Aunque la carta no lo mencionaba, fueron estrellas para dos.
Sus ojos. No pasa a menudo, pero se dejaban escuchar más que sus palabras.
El frío en sus manos. Lo intuí, aunque no me atreví siquiera a rozarlas.
Un mozo sobreprotector demasiado persuasivo. A este respecto, resistimos los empujones verbales sobre la conveniencia de irnos y fuimos por otras dos cervezas en la mesa de adentro.
Esta vez sin estrellas, pero con sus ojos mucho más cerca que antes.
La vela consumiéndose más rápido que su risa.
Yo consumo su risa y se me abre el apetito. Quiero más pero no lo digo.
Muchas palabras. Ningún plan.
De haber sido otros, las palabras deberían haber obedecido- en esas circunstancias- a un plan.
Sin embargo no lo hubo, no hizo falta.
Escucharnos era nuestro itinerario y nada mejor que salir a la ruta, sólo de ida.
Retórica en Platón y en ella cuando lo cita.
Hacerse todas las preguntas y contestarlas metódicamente hasta que de todas sólo quede La respuesta, dijo.
Sí, respondí, sin saber que difícilmente podría contestarme alguna vez todo lo que me iba a preguntar a partir de ese momento.
Dijo vamos.
Dije bueno.

Demás está decir que esa noche llovió como nunca.

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