domingo, junio 25, 2006

Radio imaginaria #45.Redención del paraguas

- Caminar de a dos bajo un paraguas requiere un ritmo, Antonio, mucho más si se lo hace con una desconocida.
- No sucede a menudo, Maestro...
- Seguro. Por eso me sorprendió que ella me invitara a entrar en el suyo.
- ¿Lo sorprendió la invitación?
- Más bien me asombró -una vez adentro- encontrarme pensando que allí, bajo el techo presuntamente endeble que me ofrecía, la vida no parecía ser tan difícil después de todo.
- ¿Caminaron?
- Caminamos, claro.
- Bajo el paraguas...
- Bajo la lluvia...¿lo probó alguna vez?
- Sí, claro. La intemperie es cosa de los otros, ¿no?
- Algo así. Creo que fue la primera vez que sentí su piel intentando buscar la mía.
- Disculpe, pero eso es imposible, Maestro.
- Lo admito. No había más que lluvia, suéter y campera entre nosotros, pero aún así podría asegurar que fue en ese trayecto que supe de su piel antes de saberla.
- ¿Qué pasó después?
- Es curioso, pero hay detalles que no puedo recuperar... Sé que pude abrazarla, pero no estoy seguro de haberlo hecho. Mi brazo, en esas circunstancias, suele tener autonomía propia pero ese día creo que dudaba.
- ¿Porqué dudaba?
- Debería preguntarle a mi brazo.
- ¿Le pregunto?
- Dudo que le conteste.
- ¿Entonces?
- ...
- ...
- ...pero su risa, el perfume de su cuello, el pelo que el viento arrojaba contra mi cara...
- ¿Eso sí lo recuerda?
- A cada momento, Antonio.
- ¿Y porqué habría de ser todo tan difícil, si me permite volver a mis dudas ?
- Me llevó algún tiempo entender que uno no puede vivir siempre bajo un paraguas, Antonio.

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