domingo, enero 08, 2006

Road movie # 0,85 Un desayuno

"Un desayuno de otro mundo", me dijo.

(Hombre al fin, pensé que hablaba de la maravillosa conjugación de jugos, panes de distintos sabores, pastas con qué untarlos y tés saborizados con miel de perfumes irresistibles que había preparado para agasajarla)

- Lo mismo de siempre - agregó, completando una idea que no pude interpretar.

Si hubiera podido leer sus pensamientos, habría comprendido que el mundo del que hablaba no era ese "otro", sino uno que nunca estuvo a mi alcance.

Pero ya se sabe: los hombres escuchamos sólo lo que nos conviene y cuando comprendemos, ya es demasiado tarde.

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