viernes, marzo 10, 2006

Membretes (En el país de la magia)


Si se pudiese librar de las aguas a todos los peces-aguja, el baño -según dicen- volveríase una cosa tan inefablemente agradable que es mejor no pensar en él, por cuanto esto no habrá de ocurrir jamás, jamás.

Sin embargo, hay quienes lo intentan. Utilizan para ello una caña de pescar.

La caña de pescar para la pesca del pez-aguja, debe ser fina, fina, fina. El hilo debe ser absolutamente invisible y penetrar lentamente, imperceptiblemente, en el agua.

Lo malo, es que el pez-aguja es a su vez casi completamente invisible.

Henri Michaux "La pesca del pez-aguja" (1941)

Etiquetas: