sábado, mayo 20, 2006

Membretes

¿Porqué iba bien la cosa al principio? Porque prescindimos de las palabras, porque nos ahorramos todo lo que suele decirse en estos casos. Toda palabra está de más cuando existe el deseo, además hablar lo anula: no hay palabras para expresar el deseo, palabras corrientes que sólo sirven para falsearlo, enmascararlo, mitigarlo o destruirlo. El lenguaje articulado no es materia que se avenga con el deseo -me refiero a la lengua oral, a las palabras volátiles-, el poema, por el contrario, se amolda al cuerpo, el poema es afín a la voz, a la piel.

Camille Laurens, "En esos brazos"

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