lunes, enero 16, 2006

Alimento

Para nutrirme deseo,
(sin saberlo)
tus grandes letras minúsculas,
tus dibujos mayúsculos,
tus caricias manuscritas.

Estoy dispuesto a cambiar,
incluso,
proteínas esenciales por tu regular ortografía.

Y hasta mi aminoácido exclusivo,
(fijarse bien en lo que digo)
soy capaz de negociarlo
sin condiciones,
por la alegría lírica, exhultante, centrípeta,
de tu poesía.

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1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

"Sin condiciones" me mató.

Gracias por su alimento, Maestro.

El de cada día.

5:53 p.m.  

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